quinta-feira, 16 de abril de 2015

Vómito colectivo.


En este viaje de reencuentro espasmódico
intento entenderlos a cada uno de ustedes.
En alta velocidad me paseo por sus intimidades
por sus miserias cotidianas,
ventanas de la rutina que aburre al más metódico de los seres.

Sus lamentos gritan a travès de sus paredes
y se juntan con los mios
en un gran vómito colectivo.
En este mar de lamentaciones masivas
todos jugamos un papel mediocre.
No somos capaces de revertir nuestro auto exterminio
no tenemos amor por nosotros
mucho menos por el otro.
Una gran red de  desprecio universal se teje con furia
y cubre los sinfines de esta casa en decadencia.
La esperanza es una broma deteriorada de la cual nadie quiere oir.
Nuestra resignación es absoluta
y se pasea por las calles día y noche
y yo muero aquí
en las cuatro paredes de mi pensamiento
el deporte mundial es mirar para otro lado
así,
en complicidad con nuestra indiferencia
transitamos hacia el pozo de la conformidad.
Nos ahogamos en masturbaciones dramáticas
nos volvemos prisioneros del miedo que consume las entrañas.
Observadores desatentos de la nimiedad de nuestras acciones
callamos el dolor ajeno
cerramos la puerta
y hasta al otro día,
como si una noche de sueño aniquilara las represas de sangre.
Y en ese charco, todos bailamos.
Me pregunto que hay detrás de todas esas máscaras artificiales
en esta marea humana de dolor contenido.(envasado al vacío)
La gran mentira jamás contada.